RENUNCIA

¡Qué fácil nos resulta a veces decir: renuncio a esto, renuncio a lo otro o a lo de más allá! Pero, ¿qué significa realmente renunciar?

Renunciar es hacer conscientemente un acto de valoración desechando lo que no nos hace falta, pero de lo que aparentemente no podemos prescindir.

Nuestra personalidad inferior protesta, se queja diciendo que sí que necesita eso a lo que pretendemos renunciar.

La verdadera renuncia implica dolor, pero dolor de conciencia, que te guía y te propone o te hace ver que aquello que consideras necesario en realidad es una apariencia, que el SER que uno ES, no necesita de esa apariencia para sustentarse. Duele y hasta la última célula de tu cuerpo lo siente e incluso se rebela contra esa especie de orden dictada desde arriba, poniendo toda clase de excusas para que la mente no le haga caso.

Renunciar es, como dirían los antiguos kobdas, no dejar que los deseos humanos te dominen, es decir, colocarte por encima de ellos, pero qué difícil resulta a veces ¿verdad?
La renuncia no implica represión, como normalmente se cree, implica concienciación y conocimiento de un PLAN que debe ser seguido completamente por plena voluntad. También implica que tiene que ser uno mismo quien llegue a esa concienciación. Por mucho que te lo intenten hacer ver desde fuera, por medio de “consejos morales” o de otra índole, hasta que no lo sientes dentro de ti, no puedes llevarlo a cabo.

Sencillamente, la renuncia es alinearse con el UNO, reconocer la divinidad que llevamos dentro y no dejarse llevar por los instintos animales, en definitiva es erigirse en HOMBRE integrando su naturaleza animal y su naturaleza divina y dejando que actúe lo superior sobre lo inferior.

Realmente hace falta mucho valor para no ignorar a la conciencia y dejarte guíar por ella. Sabes que lo tienes que hacer pero te resistes a ello. Debes romper moldes establecidos durante mucho tiempo, tanto que están totalmente aceptados por nosotros.

Entonces, nos damos cuenta de que realmente la renuncia no existe, sino que es la comprensión y realización de eso que llamamos superior.

Podemos concluir, así, diciendo que la renuncia es un acto de conocimiento realizado CON y POR AMOR hacia nosotros mismos con plena conciencia y con entera libertad y con repercusión en nuestro entorno.

QUE LA LUZ DE LA DIVINA SABIDURÍA ILUMINE SIEMPRE NUESTRO SER Y PODAMOS ACTUAR CONSTANTEMENTE EN REPRESENTACION DEL AMOR.

Categorías
Comentarios recientes

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio