VUELTA A CASA

“Tengo que volver a casa”.

Es el pensamiento y el deseo que surgen después de tanto tiempo, perdido en la oscuridad, sufriendo en silencio o a viva voz, la ignorancia de mi naturaleza.

Hace tiempo decidí separarme, experimentar en la individualidad, desee experimentar la materia en todas sus manifestaciones.

Empecé a evolucionar sin saber o tener conciencia de qué o quién era yo, pero llegó un momento que me di cuenta de que era un hombre.

“Soy un hombre y voy a aprender cómo se comporta un hombre”.

Comencé a sentir necesidades fisiológicas y a intuir que si quería sobrevivir tenía que ser fuerte, pero caí en la cuenta de que cuanto más fuerte me hacía, físicamente hablando, siempre llegaba alguien más fuerte que yo y me arrebataba todo lo que ya había conquistado por la fuerza. Por la fuerza había venido y por la fuerza se iba.

Luego constaté que el que es fuerte no necesita de la fuerza bruta, sino que, es el que es capaz de controlar esa fuerza bruta a través o mediante cierta capacidad mental.

“ ¡Ah!- me dije- el que realmente tiene poder es el que piensa y consigue que los demás hagan lo que él quiere”.

Así que desarrollé mi habilidad mental para poder manipular a los demás y tener el control de todo.

Sin embargo, cuanto más quería controlar y manipular a los demás, más me controlaban a mí las circunstancias de mi vida.

Venían enfermedades que me hacían tambalear, tanto física como mentalmente y una y otra vez caía sin remisión.

Entonces vi que mentalmente tampoco se adquiría poder sobre los demás, que aunque aparentemente dominaba, la realidad era que siempre estaba enfermo.

Así que un buen día descubrí que podía sentir y que a través de determinados sentimientos podía tener bajo mi yugo a mucha gente y decidí aprovechar esos sentimientos para seguir controlando.

Fue entonces cuando vinieron otro tipo de enfermedades como la denominada mal de amores o los celos.

Tampoco era ese el camino correcto, puesto que volvía a traerme males y éstos dolían más que los anteriores.

Fue entonces cuando oí una tenue vocecita que me decía: “Estoy aquí”.

Yo buscaba y buscaba por todos lados pero no veía nada y pensé que otra vez eran los males mentales, otra vez la locura.

“Estoy aquí”. Sonaba en mi cabeza cada vez más fuerte, así que me senté y dejé que esa vocecita me hablara.

“Estoy aquí. Te he estado esperando durante mucho tiempo, pero es ahora, cuando has conseguido el conocimiento y el sentimiento suficiente, aportado por la experiencia, que puedes oírme. Siempre he estado aquí, contigo, porque yo soy tú.

YO SOY la parte de ti que todavía no conoces. YO SOY AQUEL que te une con tu CREADOR”.

Yo pensaba que me estaba volviendo loco, pues no podía decir a nadie que oía voces dentro de mi cabeza, pero la curiosidad me podía y además me encontraba cada vez mejor. Los deseos de controlar y manipular a los demás iban desapareciendo paulatinamente y me iba dando cuenta de que mis relaciones con los demás mejoraban.

Así que seguí prestando atención a esa vocecita que se hacía cada vez más audible.

“Aquiétate, búscame en el silencio dentro de ti, une tu pensamiento con tu sentimiento para poder abarcar toda la fuerza y todo el amor que tienes acumulado y podrás irradiar la paz y la serenidad allí donde vayas.

Es así como se consigue el poder y es el más grande que hayas podido imaginar porque va a permitir que tus semejantes, al igual que tú, se unan con el CREADOR DE TODA LA VIDA y la dicha y la felicidad que vas a conocer no tendrán fin”.

Efectivamente así era y así sigue siendo, por lo que prometí y sigo manteniendo la promesa de que haría todo lo que pudiera para que todos los seres sintieran la dicha y el gozo que yo experimento al volver al tan esperado HOGAR, donde salí un día por decisión propia y a donde mi regreso está próximo por decisión consciente.

Por eso yo bendigo TODA VIDA, porque ha sido ella la que me ha devuelto a CASA.

GRACIAS VIDA.

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