LA LLAMA VIOLETA 2

¿Te has sentido alguna vez encerrado como si te encontraras en una habitación diminuta y hubiera algo aguardándote al otro lado de sus paredes estrechas y su bajo techo, pero tu simplemente no puedes alcanzarlo? En eso consiste el sentido de la limitación que el karma negativo crea. No puedes ir más allá hasta que te abres paso a través de ello. El karma negativo puede manifestarse de muchas maneras, desde patrones de hábitos heredados que te impiden relacionarte con otras personas, hasta enfermedades o accidentes. Cuando el karma se acumula a escala mundial, puede producir desgracias o incluso cataclismos. Saint Germain quiere que vayamos más allá de la limitación de nuestro propio karma para que podamos ser libres y progresar espiritualmente, alcanzar nuestro potencial superior. La solución que nos trae: la llama violeta, una energía espiritual única que «transmuta», es decir, transforma, el karma negativo. «El karma es el peso que impide que el alma vuele», explica Saint Germain. «El karma afecta a todas las decisiones. Afecta a los contratos, los negocios, los matrimonios y además de eso, determina que personas formarán parte de vuestra vida y cuales no, así como los niños que traeréis al mundo». «Cada día, a medida que los porcentajes de karma pasan por la llama violeta y ratificáis esa transmutación con buenas obras, palabras y acciones de amor y servicio, estáis aligerando la carga y por tanto, os estáis elevando hasta nuevos pianos de logro, nuevas asociaciones […] Cuanto menos karma tengáis, mayor serán vuestras oportunidades de cada día.

Llama, violeta para la transformación física y espiritual

De la misma forma que un rayo de luz solar que atraviesa un prisma se descompone en los siete colores del arco iris, la luz espiritual se manifiesta en los siete rayos. El rayo violeta es el séptimo de estos rayos. Cada rayo tiene un color, una frecuencia y una cualidad específicos. Cuando invocas un rayo en el nombre de Dios, se manifiesta como una «llama». Podrías compararlo con un rayo de luz que atraviesa una lupa y crea una llama. Cada una de la «llamas espirituales» crea una acción positiva específica en el cuerpo, el corazón, la mente y el alma. La llama violeta crea una acción de misericordia, justicia, libertad y transmutación. Trasmutar es alterar en forma, apariencia o naturaleza, especialmente para conferirle a algo una calidad superior. El término fue usado por los alquimistas que intentaron transmutar los metales de baja ley en oro, separando lo «sutil» de lo «denso» por medio del fuego. Tanto para los alquimistas medievales como para los antiguos, el propósito real de la transmutación alquímica era la transformación espiritual y la obtención de la vida eterna. Eso es precisamente lo que la llama violeta puede hacer por ti: consume los elementos del karma, separándolos de nuestra pureza original, para que podamos conseguir el verdadero «oro» de nuestro Ser Superior y lograr una transformación espiritual duradera. En nuestro mundo espiritual, la luz violeta tiene la longitud de onda más corta, y por tanto, la frecuencia mas alta del espectro visible. En otras palabras, la luz violeta seria un punto de transición entre lo visible y lo invisible, entre un plano del ser y el que le sigue. Como la frecuencia es directamente proporcional a la cantidad de energía, y la luz violeta tiene la frecuencia más alta del espectro visible, es, por tanto, la que más energía tiene. Eso también significa que tiene la mayor capacidad de producir cambios en la materia a nivel atómico. Por eso, Saint Germain dice que «la llama violeta es el antídoto supremo para los problemas físicos». Explica que la llama violeta tiene la capacidad de cambiar condiciones físicas porque, de todos los rayos, el violeta es el más cercano en acción vibratoria a los componentes de la materia. «La llama violeta puede combinarse con cualquier molécula o estructura molecular, cualquier partícula de materia conocida o desconocida y cualquier onda de luz, electrón o electricidad», dice. Dondequiera que las personas se reúnen para hacer decretos de llama violeta, «allí se percibe inmediatamente un mejoramiento de las condiciones físicas».